Friday, November 07, 2008

Dios


Un día él despertó y vio que a su alrededor sólo oscuridad existía. Y lloró durante eones, tratando de hallar algo que hiciera que las tinieblas se fuesen.

Al final, sus lágrimas hicieron se enraizaron en el suelo que era oscuridad, y desde allí dieron luz a todo.

Y esa luz amamantó a los frutos de un árbol que desde ese entonces floreció sin fin, y del cual nacieron los seres que habitan el mundo, aunque todos olvidaban su origen al abrir los ojos.

Y el árbol creció hasta trepar hacia el límite donde la luz podía abrigarlo. Los seres vivientes vieron esto, y ya que ya habían crecido, algunos bajaron y hablaron con el supremo creador, entre alabanzas y rezos, le dijeron que ellos crearían una luz más, para que permitiera al árbol seguir creciendo.

Pero el Creador, celoso de su creación, no sólo no los oyó, sino que destruyó el tronco del árbol, para que sus hijos no se sintieran soberbios de nuevo y desearan hacer algo como él lo había hecho.

Y sólo por las dudas, Dios echó una pizca de sal sobre el nuevo árbol que acababa de plantar, para que los hombres nacieran ciegos desde siempre y no volvieran a desafiarlo.